viernes, 11 de octubre de 2013

30 días



Pues va a ser verdad que el tiempo vuela cuando estás de Erasmus…

Ya llevo aquí un mes y es como si llevara una semana. Aún no puedo creer siquiera que esté viviendo esta experiencia que hace tan solo unos meses parecía casi imposible. El 11 de septiembre llegué a este país, a esta ciudad, y a esta universidad, que realmente enamora.

Ante una experiencia como ésta, uno se pregunta muchas cosas. ¿Estaré bien viviendo fuera de casa? ¿Qué tal con los compañeros de residencia?, ¿podré llevar bien los estudios en inglés? Y lo más importante: ¡¿sabré poner una lavadora?!

Pues después de 30 días en el país de los paraguas y lo noodles puedo decirlo bien alto: everything’s alright. Pero como dijo Jack el Destripador: "vamos por partes". 

Desde el primer día la gente de mi piso (24 británicos con sus diferentes acentos imposibles de descifrar) me acogieron como a uno más y no me dieron de lado a pesar de que me costara comunicarme al principio. Quién crea que sepa inglés que se meta a desayunar con dos escoceses, una de Liverpool y un chico de Manchester. Me río yo de los exámenes de Cambridge mil veces. 



De las clases puedo decir de todo, tanto bueno como malo, pero lo que puedo asegurar es que no pienso suspender ninguna, que ya es algo y que mi beca no peligra. Era una de mis principales preocupaciones al venirme aquí a convalidarme todo tercero. De 4 asignaturas que tengo sólo hay una que realmente me interesa y creo que me va a servir para algo: interpretación. Antes de venir ya sabía que me gustaba, pero en tan solo tres clases me ha dado cuenta de que quiero dedicarme a ello profesionalmente. De verdad. Sin tonterías. Ya no es algo en lo que piensas como un chaval de 14 años piensa en la universidad, no. Definitivamente quiero ser intérprete. 


En cuanto a la vida fuera de casa, fue un reto desde el principio. Vine aquí sin saber cocinar más que huevos fritos y hamburguesas, y muy de vez en cuando. Y, sin embargo, en muy poco tiempo, y tras muchas chapuzas, he aprendido a valerme por mi mismo en la cocina (y no a base de congelados). Y me encanta. Después de la libertad de la que estoy gozando aquí me va a resultar duro volver a vivir en casa. Pero para eso aún queda mucho mucho tiempo. Disfrutemos el momento. Carpe diem que decía el anuncio de Magnum.  

Londres es muy caro. Es un tópico, pero cuando estás aquí lo vives en el día a día y no puedes creerlo. Y no me refiero a comer o beber, ni siquiera al alojamiento. Lo más caro, sin duda, es el p*** transporte. La ciudad es inmensa, y sólo para ir desde Roehampton al centro hay que coger un bus y un metro, hecho que, teniendo en cuenta el dineral que vale moverse por Londres duele aún más que el tiempo que te lleva. Esto, unido a la falta de tiempo, me ha llevado a no recorrerme Londres como es debido. [En breve espero poder publicar una entrada sobre el transporte en Londres. Realmente es una maravilla en cuanto a eficacia y sencillez, pero es extremadamente caro]. 


Los primeros días hicimos una visita exprés a todos los monumentos típicos y famosos (de postales, vamos) como el Big Ben, la torre de Londres, Trafalgar Square, Buckingham Palace o Picadilly Circus, pero realmente no he podido visitar Londres como es debido. Patear las calles y descubrir todos sus encantos está en mi lista de cosas pendientes. [A este respecto, existen unos tours organizados por una compañía que te enseñan diferentes áreas de Londres por un precio muy reducido o GRATIS].Por ahora, por mi cuenta, sólo he ido a Camden Town y a la zona del Soho, Leicester Square y Covent Garden, además de los barrios cercanos a Roehampton como Barnes, Putney o Hammersmith.
Por último, que no se me olvide comentar una cosa que sí que hay que aprovechar en esta universidad: el deporte. No os podéis imaginar la cantidad de disciplinas que ofrecen en Roehampton. Desde fútbol hasta taekwondo pasando por remo, natación, salsa o boxeo. Las dos primeras semanas son de “prueba” y no hay que pagar, y después depende de la disciplina en la que te inscribas el precio varía entre 30 y 70 euros al año. Una verdadera ganga. Yo personalmente he empezado a hacer boxeo, kickboxing y salsa, pero también probé baloncesto y ping-pong. Además soy el entrenador del equipo femenino de balonmano de la universidad, lo que demuestra la cantidad de opciones que se ofrecen a estudiantes desde el departamento de deportes. 
Resumiendo como Joaquín Sabina:

  • Amigos británicos y extranjeros dentro y fuera de la residencia (sociabilidad +1)
  • Aprendiendo inglés a cascoporro a la fuerza (objetivos académicos +1)
  • Disfrutando de la independencia de vivir solo (emancipación +1)
  • Bastante harto del precio del transporte (dinero -10) 
  •  Universidad buena, bonita y expensive (+1)
Gracias por leer y espero que os haya gustado
¡Un saludo!

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